martes, febrero 02, 2010

Psicosomatia

La carne se le iba poniendo azul a medida que se iba dando cuenta de todo. En realidad, a medida que se iba imaginando cómo era todo, sin que necesariamente su imaginación estuviera estrechamente ligada a la realidad.

Pero ¿qué importaba en verdad? Lo importante era que ahora no podía tragar con certeza, y un súbito arrebato de transpiración le corría como desde adentro, asfixiándole la tranquilidad, timándole la quietud que da la inercia "natural" de los seres.

En un destello oscuro el viento le amenizó las morfeicas pero indescriptibles ansias, y se vio de un sólo cachetazo inspirando al mundo como si él fuera el todo y el todo hubiera implotado.

Una vez descansados los escombros unos sobre otros ya no hablaba esa inestabilidad profunda, esa tensión de "estar por" que surgía de la nada misma.

Un suspiro titánico se arrancó desde las hondas fosas del misterio, y el lago volvió a reposar sin olas.

Por un momento, su mente había tropezado con una cadena de posibilidades.