martes, agosto 14, 2007

Inspiración

A veces sucede de manera sinuosa, casi como queriéndote esquivar. Agarrada de vos por una esquina tenue que no se anima a definirse, como la luz de una vela. Tan sutil que aquél poco precavido, demasiado amedrentado por la cotidianeidad de los días, quizás la deje besar su mejilla sin percatarse siquiera de la importancia del evento. Tal vez la salude como al pasar, con un gesto tan gentil como breve, para luego, al compás de los pasos que se alejan (los de él y los de ella), preguntarse de dónde la conocía.
Otras veces te abraza de manera imperiosa, casi autoritaria, surgiendo de repente del sabor de una mirada, de la llama de una melodía, del compás de una sonrisa, del ardor de un beso, del color de una palabra, del silencio de la nada. Es entonces que me siento ya no persona, sino enigma. Y descubro que si consigo cuestionarme sin esperar respuestas, fluyo.


3 comentarios:

Mery dijo...

pero, ¿y cómo se hace para cuestionarse sin esperar respuestas? y sobre todo, ¿cómo se hace para simplemente fluir, sin esperar más respuestas que las que vengan por sí solas? no es fácil dejar que las cosas se desenvuelvan y la inspiración vaya y venga, menos si una es tan estructurada que quiere tener todo planeado y darle a la inspiración una cita con fecha y hora precisas...

En fin, pasé a saludar, hacía rato no pasaba por acá. Un gusto, como siempre.

D'Artagnan dijo...

Ah no! Muchas respuestas vendrán por sí solas, quizás, si así lo deciden. Pero lo importante, lo realmente fundamental, es hacer la pregunta. Si no hacemos la pregunta ni siquiera sabremos qué estamos esperando, qué estamos buscando, por dónde estamos cavando para desenterrar qué tesoros. Lo deseable, según yo, es disfrutar de ese momento, más allá de los resultados.
Siempre un placer tenerla de visita.

Alumbral dijo...

La vida es la duda, saber es morir, dice Laura, la muejer arquetípica de Dolina. Será como mirar a una puta de día (advertencia de la mujer arqutípica del Lado oscuro del corazón) La cera de las alas de Ícaro se derritieron al querer acercarse demasiado al sol... Qué será esa luz que nos promete algo más ambicioso que la propia vida... que la Pitonisa haya sido una joven narcotizada tal vez sea una bendición, tal vez una censura divina... tal vez una bellísima tristeza profunda...