jueves, octubre 25, 2007

Agua Marina

" El que jamás te ha visto no se imagina
una líquida luna en una salina
ni un diminuto mar que nunca se termina.
No se calma la sed con agua marina "
(Marina - Jorge Fandermole)

Hay ciertas cosas en la vida que te conectan con el universo, que te desatan un río que nace en el pecho y se derrama por todo el cuerpo y más allá. Suceden ciertos hechos que te aseguran la presencia intangible pero sensible de la magia contemporánea y te sumergen en el éter de la ausencia del tiempo. Y no necesariamente son hechos trascendentales desde el punto de vista de lo magnífico, de lo macro. Hay algunas cosas que te tocan en el alma sin pedir permiso, disfrazadas de simplezas, abrazadas a un detalle, enlazadas quizás a una micrómetrica medida.

Son cosas como esta, una canción que de repente entra en la vida en el momento más adecuado y te habla al oído, las que me dejan inmensamente agradecido de que la vida sea como es. Hay mil y un misterios escondidos en los detalles del mundo. Infinitas magias intercambiando recetas entre los recónditos recovecos de las simplezas.

Ahí va una.

Gracias! (por suceder)

viernes, octubre 12, 2007

Métodos de adquisición

Corren los tiempos modernos y desde antaño el hombre se rige a través del capitalismo con una regla bastante cruenta. La regla capital: quien tiene dinero, cuasi que es feliz. Va de nuevo: quien tiene dinero, adquiere casi todo lo que quiere. Bue... en un mundo capitalista supongo que no hay extrema diferencia entre las frases, aunque claro está: por mí debiera.
En algunas sociedades todavía hay pequeños grupos de gente que practica el trueque. El cambio claro, no incluye dinero, se cambian cosas por cosas. Materiales por materiales. Pero todo tiene un sentido más "humano" o menos capitalista (me sonó a antónimo y me causó impresión). La gente intercambia en base de sus necesidades pero con un carácter algo más comunitario... y ya me doy cuenta que estoy hablando de capitalismo y de comunismo, y en realidad ese no era el objetivo de este post. Mi interés iba simplemente a dictaminar los diferentes métodos de adquisición de las personas, y a proponer uno nuevo. Hipotético claro, utópico más bien. En fin.
Quizás debiera existir algo así como un medidor de anhelo. Un medidor de anhelo podría decir cuánto es que realmente queremos algo prediciendo de alguna manera, cuánta felicidad nos otorgará tal adquisición. No estoy diciendo, aclaro, que basados en la medición calculemos la felicidad que nos otorgará la materia, sino más bien que el medidor de anhelos lo sepa y nos lo informe.
De esta manera, cada objeto en un mostrador podría tener su medidor de anhelos, luego un cliente podría acercarse y el medidor automáticamente, ante la presencia, identificaría a la persona y mediría el deseo y la felicidad posible. Si la medición es lo suficientemente alta, un vendedor se acercaría y guardaría en su caja al objeto, y lo entregaría casi sin hacer preguntas, o haciendo algunas triviales como "¿le gustaría más en la caja?" ó "¿quiere llevarlo puesto?" o alguna aserción del tipo "es una excelente elección", y uno marcharía a su casa después de un día de "compras" altamente fructífero.
Pero seguro que si existiera por alguna razón no funcionaría... la perfecciones hacen imperfecto al mundo. Las certezas son la causal de la actual incertidumbre...
De todas formas, de poder, yo lo inventaría.