sábado, diciembre 29, 2007

El otro lado del río

Las hojas del tiempo pasan como quien lee apurado, como cuando se ojea un libro en una biblioteca, como quien hace un primer vistazo de las noticias más importantes de un diario.
Ayer, antes de ayer, y un poco antes, se sucedieron algunas páginas importantes cuya trama no desenlaza todavía o bien, aún repercute en la semántica de los renglones actuales. En la esencia de las palabras divagantes que vuelan en círculos por las frases que ahora digo.
De a poco y de a mucho los caminantes van entendiendo el camino que se crea con sus pasos. Los nadadores van volviéndose uno con el agua. Los voladores van superando las corrientes de aire.
Hoy, de entre tanto caminar, de entre tanto volar, me siento nadando. Y siento que de a poquito se va dilucidando, como la sencilla pero extraordinaria consecuencia del repetido intento, el otro lado del río.

lunes, noviembre 26, 2007

Universo

Corridas, venidas, idas, soles, tristezas, alegrías, lágrimas, risas, manos, miradas, estrellas, caricias, dudas, certezas, ventanas, puertas, camas, sillas, sentimientos, aleluyas, solsticios, canciones, instrumentos, voces, dedos, sonidos, temblores, derrumbes, edificios, montañas, árboles, tierras, pastos, sales, azúcares, nubes, colores, notas, pentagramas, hojas, pianos, guitarras, desgarros, amarres, libertades, cadenas, soledades, profundidades, océanos, mares, ríos, aires, vientos, tactos, palabras, deberes, sinceridades, bailes, polleras, pieces, ojeras, desnudeces, simplezas, complicaciones, enriedos, universalidades, particularidades, vuelos, aterrizajes, querimientos, rechaces, estupefacciones, asombrosidades, increibilidades, detenimientos, reanudaciones, imperfectimientos, incorrectitudes, sabores, saboreamientos, sonseras, seriedades, puntos, comas, letras, pausas
(...)
Y todo cabe en un sólo signo de pregunta...

?

jueves, octubre 25, 2007

Agua Marina

" El que jamás te ha visto no se imagina
una líquida luna en una salina
ni un diminuto mar que nunca se termina.
No se calma la sed con agua marina "
(Marina - Jorge Fandermole)

Hay ciertas cosas en la vida que te conectan con el universo, que te desatan un río que nace en el pecho y se derrama por todo el cuerpo y más allá. Suceden ciertos hechos que te aseguran la presencia intangible pero sensible de la magia contemporánea y te sumergen en el éter de la ausencia del tiempo. Y no necesariamente son hechos trascendentales desde el punto de vista de lo magnífico, de lo macro. Hay algunas cosas que te tocan en el alma sin pedir permiso, disfrazadas de simplezas, abrazadas a un detalle, enlazadas quizás a una micrómetrica medida.

Son cosas como esta, una canción que de repente entra en la vida en el momento más adecuado y te habla al oído, las que me dejan inmensamente agradecido de que la vida sea como es. Hay mil y un misterios escondidos en los detalles del mundo. Infinitas magias intercambiando recetas entre los recónditos recovecos de las simplezas.

Ahí va una.

Gracias! (por suceder)

viernes, octubre 12, 2007

Métodos de adquisición

Corren los tiempos modernos y desde antaño el hombre se rige a través del capitalismo con una regla bastante cruenta. La regla capital: quien tiene dinero, cuasi que es feliz. Va de nuevo: quien tiene dinero, adquiere casi todo lo que quiere. Bue... en un mundo capitalista supongo que no hay extrema diferencia entre las frases, aunque claro está: por mí debiera.
En algunas sociedades todavía hay pequeños grupos de gente que practica el trueque. El cambio claro, no incluye dinero, se cambian cosas por cosas. Materiales por materiales. Pero todo tiene un sentido más "humano" o menos capitalista (me sonó a antónimo y me causó impresión). La gente intercambia en base de sus necesidades pero con un carácter algo más comunitario... y ya me doy cuenta que estoy hablando de capitalismo y de comunismo, y en realidad ese no era el objetivo de este post. Mi interés iba simplemente a dictaminar los diferentes métodos de adquisición de las personas, y a proponer uno nuevo. Hipotético claro, utópico más bien. En fin.
Quizás debiera existir algo así como un medidor de anhelo. Un medidor de anhelo podría decir cuánto es que realmente queremos algo prediciendo de alguna manera, cuánta felicidad nos otorgará tal adquisición. No estoy diciendo, aclaro, que basados en la medición calculemos la felicidad que nos otorgará la materia, sino más bien que el medidor de anhelos lo sepa y nos lo informe.
De esta manera, cada objeto en un mostrador podría tener su medidor de anhelos, luego un cliente podría acercarse y el medidor automáticamente, ante la presencia, identificaría a la persona y mediría el deseo y la felicidad posible. Si la medición es lo suficientemente alta, un vendedor se acercaría y guardaría en su caja al objeto, y lo entregaría casi sin hacer preguntas, o haciendo algunas triviales como "¿le gustaría más en la caja?" ó "¿quiere llevarlo puesto?" o alguna aserción del tipo "es una excelente elección", y uno marcharía a su casa después de un día de "compras" altamente fructífero.
Pero seguro que si existiera por alguna razón no funcionaría... la perfecciones hacen imperfecto al mundo. Las certezas son la causal de la actual incertidumbre...
De todas formas, de poder, yo lo inventaría.

lunes, septiembre 10, 2007

Círculos (variaciones sobre "otra vez arroz")

Me siento al piano tratando de entenderme. Siempre hago eso...
La felicidad me avasalla y después tiene punzadas de nostalgia. Mezclas raras. No me da ninguna culpa ser feliz, no. Pero mi malévolo e ineficiente instinto racional me lleva a preguntar, como cualquiera, como cayendo en la inexorable burbuja del cuestionamiento estándar: "¿por qué?"
Las notas van cayendo desde un altar de orígen invisible y me cuentan un poco. Para mí son todas redondas, mas allá de la duración. Círculos. Dibujan círculos. No son círculos perfectos, ni iguales, pero son círculos al fin. Curvas que se retroalimentan. Caminos que se reencuentran con su comienzo.
Cuál será la diferencia entre círculo y círculo vicioso? que el segundo se encuentra estrictamente dispuesto a seguirse reccorriendo, dibujarse una y otra vez de la misma y exacta manera? y el primero será simplemente una figura, una silueta hecha una única vez, un producto artesanal que puede guardarse en un cajón?
Suena de nuevo el mismo (o casi el mismo) motivo.
A veces recorro imaginariamente la delgada línea entre la razón y la locura, tratando de quedarme al medio... ninguno de los extremos me gusta.
Después se consigue. Llegar "finalmente" al fluir. Estar, ser, vivir, soñar, creer, sentir. Todo en uno, sin decidirlo, sólo haciéndolo.
Suena de nuevo casi el mismo motivo y me pregunto otra vez.
No recuerdo bien si fue Borges quien dijo algo como "esa absurda manía de tratar de entender todo"... coincido en todo caso con el autor (fuera cual fuere).
Siempre vuelvo al piano
A veces por motivos diferentes
otras por motivos recurrentes



miércoles, agosto 22, 2007

Viajar

Es en cierto sentido el arte de vivir
lo que te trae de repente al punto donde estás
Es de alguna manera saber continuar
inventar el camino por donde seguir

Es el cálido viento de la inmensidad
la sonrisa contínua de la interrogación
La natural tendencia del hombre a cambiar
la libertad que da vuelo a nuestro corazón

Viajar

Es el canto del agua buscando su lugar
el sonido profundo de la huella por nacer
El sagaz silogismo que nos lleva a entender
que no somos más que otra ola en el mar

Es la obra maestra en su afán de continuar
el tenaz movimiento que da color a la piel
La vertiente azulada que nos da de beber
la esperanza incansable que invita a soñar

Viajar

Canción compuesta el 16 de Agosto del 2007, dedicada a Maxlo y Mariana, flamantes esposos, y a mi hermanita Ange que anda divagando por el mundo y esparciendo sus encantamientos por otros horizontes (dichosos aquellos que vivan por ahí!)

PD: En breve irá el mp3

martes, agosto 14, 2007

Inspiración

A veces sucede de manera sinuosa, casi como queriéndote esquivar. Agarrada de vos por una esquina tenue que no se anima a definirse, como la luz de una vela. Tan sutil que aquél poco precavido, demasiado amedrentado por la cotidianeidad de los días, quizás la deje besar su mejilla sin percatarse siquiera de la importancia del evento. Tal vez la salude como al pasar, con un gesto tan gentil como breve, para luego, al compás de los pasos que se alejan (los de él y los de ella), preguntarse de dónde la conocía.
Otras veces te abraza de manera imperiosa, casi autoritaria, surgiendo de repente del sabor de una mirada, de la llama de una melodía, del compás de una sonrisa, del ardor de un beso, del color de una palabra, del silencio de la nada. Es entonces que me siento ya no persona, sino enigma. Y descubro que si consigo cuestionarme sin esperar respuestas, fluyo.


sábado, julio 21, 2007

T.E.G.

Decime vos de qué se trata todo esto. A qué viene tanto embrollo. Desde cuándo todo es tan difícil. Contame, dale!
Resulta ser que uno va por la vida pensando que lo tiene todo solucionado (o sin preocuparse demasiado) y de pronto ¡zapúm! y ¡clanc! y ahí quedaste todo descuajeringado diría mi abuela. Ahh y va a venir el típico optimista que te remarque lo aburrida que sería la vida sin todos estos contragolpes y trastabilladas. ¡Qué fácil sería todo si todo fuera tan fácil! Y entonces saldría el caso de los Suecos o Suizos, nunca sé cuáles, que tienen todo solucionado desde que nacen y entonces resulta que también tienen uno de los más altos índices de suicidios del mundo. Ahí lo tenés: ¡El inconformismo humano! Además mirá cómo es la naturaleza, que desde chiquito te enseña estas cosas: ¿Cómo es que hoy sos tan hábil en el arte de caminar? y, porque te caíste incontables veces. Lloraste incontables otras, pero te levantaste tantas como te caiste y más aún. Y así aprendiste a caminar. Y uno en su pesimismo asfixiante no quiere dar el brazo a torcer y ve todo oscuro y ficticio, que los suizos o suecos son suicidas por naturaleza no porque les vaya bien, que aprendiste a caminar por el andador o porque siempre que te caias alguien te levantaba y te mostraba cómo hacer, que no me jodas con eso de que la vida sería aburrida sin los problemas graves, y que las esperanzas son cuentos de hadas nomás, y los buenos cambios son lindos sueños.
Qué manera de trabajar los señores psicólogos. Resulta que los rayes con los que nacemos son cada vez más difíciles de detectar, o nosotros estamos cada vez más críticos con nosotros mismos. O somos cada vez más complicados (¡oh por Dios!)
En cualquier caso, un filósofo también podría hacer delicias con el tema en cuestión.
Pero he aquí un anhelo más que una conclusión: Todo es tan complicado como uno quiere que sea.
Entonces, situandome en un punto medio entre el pesimismo y el optimismo, pero tirando más a un "suave realismo" voy a pensar que en realidad, todo puede ser bastante más simple de lo que es, pero hacen falta un par de remodelaciones, unas adaptaciones al diseño y a la estrategia. Y probar, que es lo esencial. Probar por así, probar asá, probar hasta que al fin, de alguna manera, en alguna de todas las combinaciones posibles de tácticas y estrategias, no se si "ganes" sea la palabra adecuada, pero "mejores" me parece un buen final.

miércoles, julio 11, 2007

Teoría de la Relatividad

Leí hace poco en un libro cuya autora ahora no recuerdo pero probablemente ponga en los comentarios:

Los pensamientos relativizan a los sentimientos,
los sentimientos relativizan a los pensamientos

Esa eterna contradicción que siempre encontré ilógica se resumió en una frase tan simple.
Me puse contentísimo cuando la leí.
Quién sabe por qué no?

jueves, julio 05, 2007

Qué tristeza

Qué tristeza saber
que por siempre voy a ver
tus labios llenos de sonrisas
y tus ojos conteniendo la respiración
para mantener cautivo el llanto
que de ser libre te ahogaría


Cada uno es dueño de su destino...

sábado, mayo 26, 2007

La Insoportable Brevedad del Ser

Ahi viene. Pasa. Se fue. Ayer se fue. Parece que fue ayer. Y no. En cambio fue hace tantos fríos y calores que ya perdí la cuenta. Ayer es ahora una aguja en un pajar de recuerdos. Infima, chiquitita, pequeñísima.
En qué momento llegué a estar donde estoy? Miro mis huellas y son un camino que desaparece en las neblinas de la memoria.
A veces podría comparar esta sensación con la de caer. Antes de darme cuenta estoy en el piso y de cómo me caí y que hice mientras me caía casi que no tengo idea. Eso fue una vida.
No es un libro que escribí cuidadoso, observando minuciosamente los detalles de la trama, el protagonismo, dando suficiente énfasis a la tensión del nudo pero agudizando un triunfal desenlace. No. Es más bien un suspiro del universo, un parpadeo de algún dios inalcanzable, el chasquido de unos dedos mágicos.

Así que disfrute todo lo que pueda de esa millonésima de segundo que le está tocando vivir dentro de su hermosa e insoportable brevedad...

Ser

(chasquido)

lunes, abril 02, 2007

Si todas fueran como ella

Antes de ayer por la noche estuve en un casamiento. El primer casamiento al que asisto desde que tengo memoria. Se trataba de una feliz pareja recién empezando sus treintis. Fui a tocar con una banda de música brasilera a modo de tecladista y un poquito de cantante.
Largamos después de comer, mientras la gente terminaba sus postres. Y (según me enteré más tarde) fue ahí mientras cantaba que me vió. La verdad es que no me percaté de su mirada aguda haciendo incapié en mi persona. Estaba quizás muy compenetrado con el momento o mirando para otro lado, o no sé. La cuestión es que no la había visto. La gente se fue inmiscuyendo con la música y con el impetuoso ingreso de los novios a la pista de baile más de uno tomó coraje y empezó a bailar. Terminamos nuestro repertorio airosos y después de la clásica batucada le hicimos seña a los sonidistas para que empiece la música de baile y guardamos los intrumentos.
Por supuesto, después de que estuvo todo guardado, volvimos a la pista y nos mezclamos en el festejo. Fue entonces, de repente, que la vi venir directamente hacia mí. Con una decisión pocas veces vista en el caminar de una persona, se me acercó y me miró a los ojos. Me ofreció sus manos con una ternura irrevocable, y empezamos a bailar. Hablamos bastante poco. Sonreía todo el tiempo. Yo también la verdad, no había forma de no responder a esa sonrisa.
En algún momento se fue de mis brazos (con un gesto que no entendí) pero volvió al rato. Y después se fue otra vez (tampoco entendí por qué). Ya era medio tarde y la vi acercarse de nuevo. Traía una rosa blanca que me ofreció en silencio. Me besó. La besé. Nos miramos y sonreímos. Me di cuenta de que era una despedida así que me limité simplemente a saludarla.
Se llamaba Martina, tenía alrededor de 3 añitos.

jueves, marzo 08, 2007

(in) Decisiones

Hay momentos en la vida en que nos vemos entre la espada y la pared. Las bifurcaciones se presentan seguido en nuestros caminos y nada sucede cuando venimos a cierta velocidad y entonces estamos obligados a tomar rápidas decisiones que nos llevan invariablemente por uno u otro sendero. Pero mientras más lento caminamos, mientras más concientes somos de nuestros movimientos y nuestras acciones y más estipulamos y más pensamos, las decisiones empiezan a volverse infinitamente difíciles.

La incertidumbre nos paraliza, el terrible misterio que a veces resulta tan seductor, en estos momentos nos deja sentados frente a una encrucijada de sentimientos encontrados.

Tratamos de encontrar pistas, de ver un poco a lo lejos, pero sabemos que al fondo es un riesgo. Es un riesgo cambiar. El camino que parece continuar el sendero que venimos pisando lo conocemos. Sabemos sus defectos. Sabemos sus virtudes. El camino nuevo tiene un signo de interrogación en su mirada y de él sólo sabemos lo que la vista nos alcanza a decir. Intuimos sin embargo y no creo que este sea un detalle menor.

¿Debemos ser conservadores o arriesgados? ¿qué será mejor?


Es cierto que nunca se sabe a ciencia cierta la respuesta de estos enigmas que se nos cruzan a veces tan seguido en los corazones. Pero de algo estoy seguro: El miedo es el titánico enemigo de la felicidad.


No sigas tu camino de piedra por más callos que tengan tus pies. Si ves el pasto, corré hacia él.

lunes, febrero 26, 2007

Mensajeros

En esta guerra que sucedía no sé dónde, existían soldados mensajeros. Su tarea era básicamente, atravesar los campos atiborrados de peligros y promesas de muerte para llevar a sus escuadrones las últimas nuevas respecto del estado en que se encontraban a nivel estratégico y general. Podían avisar que el enemigo se avecinaba por algún flanco para prevenir la emboscada. Podían traer instrucciones sobre la ubicación que les sería idónea para neutralizar al avanzante peligro. O bien podían dictaminar que era momento de correr. Que ya no quedaba nada por hacer. Que la esperanza ciega que existía todavía (quizás) en los corazones de los jóvenes que sostenían firmes sus fusiles, era frívola y carecía de sentido alguno.
Estas, por supuesto, eran las peores noticias. Eran las noticias que hacían dudar a los mensajeros. Las que los dejaban pensando que quizás sería mejor morir en el trayecto que llegar a destino. Los mensajeros sentían una tremenda culpa cuando pensaban en la delegación de tales mensajes, pensaban que eran ellos los responsables de que tal situación sea ya irrefutable y una vez que dijeran lo que tuvieran que decir, todos entenderían que eran los dueños del mal presagio. Y tenían miedo de cambiar el destino si no lo entregaban y si lo hacían tenían miedo de correr y morir cargando a cuestas el dolor de miles de soldados que morirían a la par mirándolos con rabia y ya sería demasiado tarde para volver corriendo a su encrucijada y tomar el otro camino y ver qué sucedía. Dudaban entonces. Mucho. ¿Cómo sufrirían menos sus compañeros? ¿Sabiendo la verdad y tratando de escapar a lo inevitable o atados a una ilusión imaginaria que mantuviera sus últimos días con el fulgor de una esperanza inexistente? Ellos de cualquier manera, sufrían. Pero cuando no decían nada se quedaban a pelear una batalla perdida. Estirando su infinita agonía hasta el momento en que lo que estaba sucediendo era por fin, evidente para todos.
Peligroso cóctel de miedo, culpa y dudas.


Dañino, más bien.

miércoles, febrero 07, 2007

Necesito

Necesito un paraguas. Hace rato que el mío anda quebrajeado y roto y ya me da vergüenza abrir tan insulsa defensa a la lluvia en los días plomizos.
Necesito saber afinar un piano. Resulta que mis pianos hace rato que andan desafinados (se pusieron de acuerdo), y no cualquiera los sabe afinar.
Necesito un poco de concentración porque estudiar se me está tornando difícil, y los tiempos se hacen cortos, y como dice Drexler "el que no lo sepa ya, lo aprenderá deprisa: la vida no para, no espera, no avisa"
Necesito una historia de amor con final feliz.
Bah, reformulo: Necesito una historia de amor feliz.

jueves, febrero 01, 2007

Cosas de la vida

El hombre conoció a la mujer de su vida a los 16 años más o menos. El estudiaba en un colegio militar. Ella en un colegio sólo de mujeres. No recuerdo bien cómo se conocieron, pero desde que se vieron padecieron de una sensación extraña y maravillosa, de ese esplendoroso ímpetu y de un monstruoso querer sin explicaciones. Amor a primera vista.
Pero como no podía ser de otra manera en estas historias ya sean verídicas o inciertas, los padres de la dama no aceptaban pretendientes a esa edad.
Las cartas se convirtieron en un medio de comunicación lo suficientemente expresivo como para conocerse y enamorarse más aún. Decenas de cartas. Miles de cartas. Las citas que concertaban consistían simplemente en llamarse por teléfono para saber dónde iba a ir ella con su madre. El nomás iba a observarla desde lejos, y si tenían suerte y ella también lo veía, la complicidad de un saludo a escondidas era la mayor de las aventuras y la más increíble muestra de amor y gratitud.
Un poco más tarde en esta historia, la familia de la niña decidió mudarse a otro continente, y las lágrimas rebalsaron los corazones de ambos al saber de esta noticia. El tiempo pasó, y amalgamó, y transformó. Las vidas de ambos se distanciaron y fueron predeciblemente parecidas. El se casó. Ella también. Tuvieron hijos. Amaron. Trabajaron. Y en todo ese tiempo no dejaron nunca de extrañarse. Ella le habló para cada cumpleaños durante más de 15 años. Fue entonces que por razones de negocios el tuvo que viajar a un país cercano al que habitaba la dama, y por supuesto, no pudo evitar ir a visitarla. Fue extraño: sus cuerpos habían cambiado, sus caras, sus vivencias. Sus ojos contaban muchas cosas, muy distintas. Pero aún así, la
inmensa pasión que habían engendrado tantos años antes brillaba en sus caras al mirarse. Después de esa intensa espera, y con muy pocas palabras de por medio, se amaron. Se amaron muchísimo. Y ella le ofreció su vida en una bandeja de plata, y su corazón en un cofre sin llave. Y él se sintió acorralado por la indecisión y corrió sin saber qué responder. Volvió a su esposa, y se separó. Volvió a su esposo, y lloró.
El tiempo volvió a correr y ellos se encontraron alguna otra vez, pero él nunca supo que responder ante la ofrenda que se le servía, y finalmente se dejaron de avasallar con incomprensiones y vivieron con la vida que de alguna forma habían elegido.
Ambos se recuerdan con inmenso cariño, y quizás de haber elegido estar juntos hubieran vivido una hermosísima historia de amor. Pero parece que las historias son poco interesantes si no contienen a la tristeza, y quizás por eso cada uno eligió ser menos feliz de lo que podía. ¿Al final quién sabe por qué suceden las cosas?... ¿por qué dudamos? ¿por qué elegimos mal?
En un terrible momento de incomprensión total, y de certera incertidumbre, se podría decir: "son cosas de la vida". En algún otro momento se podría simplemente aceptar: El amor es incomprensible.

viernes, enero 26, 2007

The Fashion Week

Bueno bueno! Resulta entonces que al final volví. Y no me lamento, porque la verdad que soy un tipo urbano y todo tiene su límite. Pero cómo no compartir lo lindo que fueron para mí estas vacaciones!
Todo empieza como se ve aquí, 4 locos en un Reanult 21 Nevada. De izquierda a derecha: Julio, Waldo, Yo y Guille.

Y podría en este momento expanderme en detalles y anécdotas, pero eso pueden leerlo de la mano de mi amigo J, en este emotivísimo post. Lo que sí quiero hacer, es agradecer mis tres compañeros por compartir tan agradables momentos. Tengo que admitir que en algún momento pensé que quizás yo no iba a encajar en este grupo selecto de personas. En algún punto yo era el más extranjero de todos, no por mi pinta de holandés, sino más bien porque Julio, Waldo y Guille ya se conocían bastante.

Pero qué alegre estuve al darme cuenta de que encontrar un lugar en el que nos vendieran pizza libre por sólo 10 pesos por cabeza no sólo era causa de mi felicidad suprema... sino también del grupo entero!!! Nuestras sonrisas lo dejaban en evidencia y hasta la moza era algo que nos ponía muy felices :). Es claro que compartíamos mucho más de lo que yo había imaginado, y las increíblemente distintas personalidades estuvieron de acuerdo en complementarse de milimétrica manera. La guitarra estuvo siempre bien acompañada y así también estuve yo.

Y entonces, de repente, llegó el último día. Pero nos habíamos sentido tan bien, y había sido tan importante ese encuentro en aquél camping de Gesell, que nadie sufrió que las vacaciones acabaran. Y es que el gusto quedó en el paladar. El gustito de la gran amistad, de la gente increíble que conocimos, de los tequilas en la playa y la tibieza de un fogón, de los chistes internos (muy internos) y de la perplejidad de la gente ante nuestras perenes sonrisas. Quién sabe cuándo volveremos a vivir momentos como estos (y es fácil... como estos no habrá otros). Pero si puedo pedir un deseo, expresar un anhelo... no lo dudo: ¡¡que se repita!!
Un gran abrazo a mis compañeros de viaje. Y como ya es tarde, y si Luquitas estuviera por acá estaría yendose a dormir... les dejo un archiconocido (por nosotros) "¡¡Good Night!!"

martes, enero 02, 2007

Vacaciones

Y así llega nuevamente un nuevo año.
Y así llega también nuevamente una despedida.
A tomar aire
A tomar sol
A tomar playa
¡¡Me voy!!
Y me despido del blog, al menos hasta febrero... cuando vuelva la realidad a mis pagos.
Abrazos y saludos y besos y gracias a los que me han leído y acompañado en este 2006 que terminó. Disfruté mucho de su compañía y críticas y opiniones.
En fin.
¡Nos veremos otra vez!

Agradecido

Yo