domingo, diciembre 06, 2009

Unidad

El por-alguna-razón-siempre-siempre-temido-encuentro con uno mismo plantea una especie de paradoja: encuentro vs soledad.

La soledad en realidad no es tal, en tanto consideremos a este concepto como la ausencia de un "otro" en nuestro ambiente, puesto que el temor que se pone en evidencia señala con un dedo tembloroso la existencia de un otro que no es otro que uno mismo.

Las diversas y reconocidas frases anónimas acerca de este tipo de encuentro convergen en una especie de universalidad que a nadie parece resultarle extraña: "Me llevo mal con la soledad", "Necesito tiempo para estar conmigo", "Intenté convencerme de que no era así, pero no pude", "A veces no me soporto ni yo".

Se pone en evidencia entonces, que la soledad es un concepto parajódico, ambiguo, o bien polimórfico, o bien malentendido: Por una parte, se tenderá a pensar que es la ausencia de cualquier ente (con inclinación a sobreentender a este ente como ser humano: ej. "estaba solo con mi gato"). Por otra parte se le asigna al concepto un caracter de ente en sí mismo: el yo que conversa con nosotros.

Quizás la definición verdadera diga algo como "la ausencia de todo ente que no sea uno mismo". Pero lo gracioso reside en la parte de "uno"...

Será cierto que somos una única cosa?

viernes, diciembre 04, 2009

Inconsistencias

Que te secuestre una pregunta y te mantenga en cautiverio y te arrebate de la boca y de la carne alguna de tus grandes certezas, aunque sea por un pequeñísimo instante.

Pff...

Terror súbito e inalterable.

Aunque dure unos pocos segundos.

Aunque dure unos insignificantes segundos.

Aún así...

...te la debo