viernes, octubre 12, 2007

Métodos de adquisición

Corren los tiempos modernos y desde antaño el hombre se rige a través del capitalismo con una regla bastante cruenta. La regla capital: quien tiene dinero, cuasi que es feliz. Va de nuevo: quien tiene dinero, adquiere casi todo lo que quiere. Bue... en un mundo capitalista supongo que no hay extrema diferencia entre las frases, aunque claro está: por mí debiera.
En algunas sociedades todavía hay pequeños grupos de gente que practica el trueque. El cambio claro, no incluye dinero, se cambian cosas por cosas. Materiales por materiales. Pero todo tiene un sentido más "humano" o menos capitalista (me sonó a antónimo y me causó impresión). La gente intercambia en base de sus necesidades pero con un carácter algo más comunitario... y ya me doy cuenta que estoy hablando de capitalismo y de comunismo, y en realidad ese no era el objetivo de este post. Mi interés iba simplemente a dictaminar los diferentes métodos de adquisición de las personas, y a proponer uno nuevo. Hipotético claro, utópico más bien. En fin.
Quizás debiera existir algo así como un medidor de anhelo. Un medidor de anhelo podría decir cuánto es que realmente queremos algo prediciendo de alguna manera, cuánta felicidad nos otorgará tal adquisición. No estoy diciendo, aclaro, que basados en la medición calculemos la felicidad que nos otorgará la materia, sino más bien que el medidor de anhelos lo sepa y nos lo informe.
De esta manera, cada objeto en un mostrador podría tener su medidor de anhelos, luego un cliente podría acercarse y el medidor automáticamente, ante la presencia, identificaría a la persona y mediría el deseo y la felicidad posible. Si la medición es lo suficientemente alta, un vendedor se acercaría y guardaría en su caja al objeto, y lo entregaría casi sin hacer preguntas, o haciendo algunas triviales como "¿le gustaría más en la caja?" ó "¿quiere llevarlo puesto?" o alguna aserción del tipo "es una excelente elección", y uno marcharía a su casa después de un día de "compras" altamente fructífero.
Pero seguro que si existiera por alguna razón no funcionaría... la perfecciones hacen imperfecto al mundo. Las certezas son la causal de la actual incertidumbre...
De todas formas, de poder, yo lo inventaría.

12 comentarios:

El Viajero Forestal dijo...

... y dejarías sin trabajo a todos los que trabajan en marketing.
Porque, ¿no es eso el marketing? ¿Hacernos creer que este producto es justo lo que se encuentra al tope de nuesta lista de medición de anhelos?
Excelente post.

D'Artagnan dijo...

Buenas! qué tal viajero. Me alegra que sus itinerario le haya traídos por mis pagos. Muy bienvenido!
Ahora que pienso en su respuesta creo que no. No dejaría sin trabajo a todos los que trabajan en marketing... sino que quizás limitaría el mundo de la venta a ese rubro. Si el señor marketinero (no le conozco el nombre científico) tiene por objetivo hacernos creer que un producto se encuentra en el tope de la lista de medición de anhelos como ud menciona, entonces siguiendo ese esquema la tarea de aquél será hacer que CREZCA nuestro anhelo, a tal punto que el medidor distinga que estamos anhelando lo suficiente. Sin embargo, mi medidor utópico sabe cuánta felicidad nos causará tal adquisición realmente, por lo cual el marketista deberá ser extremadamente hábil en sus tareas ;). Espero verlo de nuevo! Cordiales saludos

Mery dijo...

Yo creo que en todo caso, más que decir cuánta alegría nos proporcionará aquello que estemos por comprar, creo que se podría inventar algo que nos diga cuánto deseamos algo. Suena absurdo, se supone que sabemos lo que queremos, pero no siempre es así. Y la cantidad de felicidad que nos dé el objeto en cuestión dependerá de cómo lo usemos y demás, no depende del objeto, por lo tanto si algo puede medir de antemano esa felicidad, me suena a que no somos del todo libres. Prefiero un medidor de anhelo, que nos haga dar cuenta de qué queremos y cuánto lo queremos. Aunque creo que esto pueda ser usado por los inescrupulosos capitalistas, regidos por la ley de la oferta y la demanda, que variarían los precios de cliente a cliente, cobrando fortunas a aquellos que más deseen...

Un gusto leerlo una vez más...

D'Artagnan dijo...

Buenas! Yo creo justamente el cuánto deseamos algo es parte de lo que mide el medidor. Pero le agrega a la medición el cuánta alegría proporcionará en el futuro. De todas formas, la idea sería que esa sea la única forma de pago, así eliminamos a los inescrupulosos del medio ;). Una vez que se desee lo suficiente (y quizás, que se vaya a tener la suficiente felicidad con esa adquisición) entonces uno ya será capaz de adquirir aquello, sin necesidad de ningun otro cambio ;).
Besos y gracias por pasar!

Alumbral dijo...

MMM... lamento disentir con vuestra merced, monsieur D'Artagnan, pero no hay que confundir medios con búsquedas... es justamente ese el problema del capitalismo, el dinero no es un problema en tanto su valor de trueque (porque en el fondo no ha dejado de ser eso, un modo más abstracto y difundido del trueque...) es un problema en el siguiente punto: la modernidad es el estallido de posibilidades. El dinero se vuelve la única distancia entre el universo de posibilidades y uno. No es la cosa lo que deseamos, es el poder de adquirir la cosa. El dinero, medio del truque se ha convertido en un fin: el poder, la llave del mundo moderno. Vuestro medidor permanecería frío ante el objeto y estallaría ante el papelito multicambio... El problema no es que el vendedor no sepa cuánto queremos el objeto, el problema es no saber nosotros mismos qué es lo que queremos, como señaló Madmoiselle Mery... y me atrevo a decir más... en en lo tener certeza de cuánto querémmos, o qué es en realidad lo que queremos es en donde reside nuestras búsquedas, es ´la búsqueda el elixir, y si no, veamos cuánto le dura la emoción a un chico con un juguete nuevo...
Besos, es un placer deambular por estos bosques...

Cexy dijo...

Holas querido amigo!
Supongamos que el deseo es de alguna droga, supongamos cocaina.
El deseo de la sustancia sería muy alto y la felicidad que proporcionará también. Mediría su invento eso?
Besos enormes!

*AntagoniSta* dijo...

Si ud. lo inventaría, yo, de poder, lo compraría. Y créame que en ese caso, el medidor indicará que lo estaré anhelando lo suficiente.

Qué agradable leerlo, siempre.

D'Artagnan dijo...

Mi pregunta es la siguiente mademoiselle Geour: por qué alguien desearía dinero, si puede tener todo lo que quiera con sólo desearlo? Es muy interesante su punto de vista sin embargo. Yo no he propuesto en este post la desaparición del dinero, sino simplemente un método diferente de adquisición... Quizás así sucedería! Quizás así sucedería y todos buscarían dinero en vez de las cosas que los hagan felices. Pero sólo se sabrá una vez que se invente dicho aparato ;). Un placer verla deambular por estos parajes.
Buenas estimadísima Ceci!. Es muy interesante la pregunta... la podría contrarrestar con otra pregunta: la cocaína te hace verdaderamente feliz? o sólo te hace creer que sos feliz? Ahogar penas que luego resucitan debe ser un caso difícil para el aparato en cuestión :D
y Antagonista... por supuesto... se lo regalo!!

Besos varios

Alumbral dijo...

No quiero erosionar vuestras paciencias con mis aristas lingüísticas, simplemente quisiera hacer una aseveración: mi visión no es que las personas usarían vuestro artefacto para obtener dinero, sino que vuestro artefacto reemplazaría al dinero, es decir, sería ahora el medio de obtener las cosas, el mundo material (porque supongo que no pensaba en su artefacto para saciar otro tipo de deseos), por lo tanto, los problemas seguirían siendo los mismos: quien sólo necesita la obtención de elementos del mundo material para complementar y optimizar su felicidad constante, salvo casos extremos de carencia, no sería mucho más feliz con esa máquina; y quien ha perdido la perspectiva de las cosas, y solo invierte su valiosa vida en la aprehensión del mundo... le aseguro monsieur, no sería en absoluto más feliz con esa máquina...

D'Artagnan dijo...

Jaja mademoiselle Geour... que esmerada su perspectiva de trascender que el mundo no será mejor con mi máquina!! jajaja.
Paso, como ha sido costumbre en este post, a comentar al respecto:
Acerca de lo intrínsecamente complejo de las personas, nada puedo hacer. El que feliz era obteniendo cosas, y al que las cosas nada le interesan seguirán su camino quizás tal y como venían. Ahora bien... por qué alguien querría apoderarse del artefacto que hace la medición?? para qué? con qué objeto? no lo puede cambiar por lo que quiere, no es trocable. Y todo lo que se ofrece en el mundo comercial ahora tiene cerca un medidor que determina si puede o no puede el comprador llevarlo. Imaginemos por ejemplo, las cosas que en gral para la clase media y baja se convierten en grandes y objetivos y muchas veces inalcanzables, por ejemplo: una casa. un auto. Hace falta decir más? ahorra 20 años de inversión en tiempo laboral y asíduo ahorro en la intensidad de un sólo deseo. Tener un lugar.
Más aún, nadie estaría privado de conocer el mundo, nadie de salir de una sociedad en la que no puede crecer. Los obstáculos que ofrece el dinero y la obtención del mismo me parecen realmente catárticos en muchos casos. El dinero es excusa de cuántas barbaridades y horroritudes? y objetivo de vida de cuántas personas?! estoy pensando en poder permitir cambiar esa perspectiva. Que no importe el dinero como fin.
Todavía no la convenzo ni un poquito??

Besos varios

Alumbral dijo...

jaja, sí, claro que me convence, es que me gusta darle vueltas a los asuntos por todas sus caras... en verdad no es que crea que el dinero y su derregular distribución no sea un problema, por el contrario... simplemente que creo que el foco del problema no está en la ignorancia del vendedor de cuánto importa para nosotros el objeto, sino es justamente de saber cuánto es deseable para nosotros por lo que le aumenta el precio... pero es el sistema en su totalidad lo que usted añora, no sólo el artefacto, en eso lo comprendo, y es ahí desde donde enuncié los problemas en los comentarios anteriores... pero claro, creo que estaría más cerca de un dulce respiro que de un problema, aunque no renuncie aa creer que los tenga...
siempre un placer debatir con tan afable y perspicaz interlocutor... saludos y felicitaciones por estos bellos jardines babilónicos...

Eduars dijo...

Si el mercado opera en relacion oferta/demanda y teniendo en cuenta que los recursos son escasos, y los deseos ilimitados...como crees que tu vision utopica accionaria y satisfaceria todas las demandas potenciales sobre un bien o satisfactor deseado?, por otro parte, como determinarias el grado de felicidad?, es cuantificable?, por otra parte generaria rivalidades entre las personas, ya que todos creerian ser merecedores del bien, y en el momento de visualizarlo, donde estaria aquel potencial individuo que meresca o tenga mayor deseo que yo?, por lo cual eso solo nos determina que el intercambio se da entre la persona que lo desea y la persona que puede satisfacerla, en tal sentido esta el trueque o el intercambio en divisa....no solo es utopico, sino ilogico...la felicidad no es cuantificable, no permite mediciones, y quizas muchas veces somos felices sin darnos cuentas, en este caso puntual te comparo el ciclo de compra de un individuo (AIDA) atencion/interes/deseo/ accion...es un proceso que implica tiempo, en que lugar de esa etapa cuantificarias la medicion de felicidad!, podria pensarlo mejor y brindarte una mejor respuesta, por lo pronto la mejor manera de contrarrestar el capitalismo es aceptarlo, conocerse a si mismo, y manejar los impulsos que los medios nos venden (grupos de pertenencia-referencia, etc.), el principio de intercambio es logico, los deseos y recursos propios de las personas realizan lo restante, en tal sentido, lo prudente seria trabajar in la igualidad social (curva de lorenz en economia), pero la realidad es que no todas las personas son iguales, somos similares.-